Los trastornos alimenticios, la tristeza, la pérdida constante de las pertenencias y la frustración son señales reales de que tu hijo puede sufrir de bullyng.

El acoso escolar puede traer consecuencias para la salud mental a largo plazo para quien lo sufre. Esto se puede ver reflejado en problemas de conducta, trastornos alimenticios, consumo de alcohol, etc. El maltrato recibido ya sea en la infancia o adolescencia es una realidad que se vive en nuestro país, tanto en escuelas públicas como privadas, además también va en ascenso el acoso sexual y cibernético.

Teniendo en cuenta estas especificaciones la Dra. Mirtha Orrillo Ascama, psicóloga y profesora de la facultad de psicología de la Universidad Católica Sedes Sapientiae, nos brinda una lista de consejos útiles para detectar su tu hijo es víctima del bullyng y cómo hacer para afrontar este problema.

Señales:

Los chicos se resisten a ir a la escuela. Lo que se debe de hacer es averiguar los reales motivos y no castigarlo por eso.

Problemas de atención. Se frustan rápidamente al querer aprender un nuevo curso.

Maltratan a otros niños

Muestran inseguridad y se ponen ansiosos en situaciones determinadas o al estar frente a alguna persona específica.

Se muestran tristes y sensibles.

Dejan de practicar las actividades que les agradaban.

Cambios de sueño y apetito.

No quieren participar en salidas grupales.

Pierden sus pertenencias frecuentemente. 

Quieren salir acompañados a la entrada y salida del colegio.

Consejos:

Se debe responder con firmeza al agresor y mucha tranquilidad.

Se debe conversar con un adulto acerca de lo que está pasando.

No se debe mostrar débil ante el agresor.

Se debe alejar del peligro y pedir ayuda a un adulto.

Si cree que no puede hablar, escribir una carta a un adulto es de gran ayuda.

Conversar con los padres es importante pues se manifiesta que la situación por la que se está pasando lo afecta profundamente. 

Ten muy en cuenta todos estos consejos y señales para prevenir casos como esto. El silencio por parte de las víctimas y el desconocimiento de los padres no ayuda a solucionar la situación.