Los remedios caseros para aliviar el dolor de garganta pueden ser muy efectivos pero si se presentan síntomas más graves lo ideal es ir al médico.

El molesto dolor de garganta y fastidio al pasar la saliva o los alimentos son síntomas muy comunes de la faringitis. Esta normalmente es un síndrome del resfriado o gripe. Para combatirla puedes optar por algunos remedios naturales. Sin embargo, hay que tener en cuenta que si se trata de una infección, hay que tratar inmediatamente con antibióticos. Para lo demás, te presentamos algunos remedios caseros que harán que el virus corra su curso y los síntomas relacionados con la garganta, se alivien de manera general.

Gárgaras de agua con sal

Se ponen tres tazas de agua a calentar, luego se agrega dos cuchaaraditas de sal y se revuelve bien. Ten en cuenta que el agua no debe hervir para que no te quemes la garganta. Echa todo el contenido en un vaso grande y haz las gárgaras por 10 o 15 minutos. Recuerda que no debes exponerte al frío luego de haber practicado este remedio casero.

Miel de abeja con limón

Se echan dos cucharadas de miel de abeja en una taza y se agrega dos cucharadas de jugo de limón. Se revuelve bien hasta que la miel se haya diluido. Ingiere de a pocos saboreando el preparado. 

Aumentar los líquidos

Aumentar el consumo de líquidos hará que el virus se elimine más rápido. Los tés son una buena opción. Además también alivian la inflamación y el dolor en los tejidos irritados de la garganta. Por otro lado, las sopas y los caldos también son una buena alternativa.

Miel de abeza con vinagre de manzana

Se mezclan dos cucharadas de vinagre de manzana con dos cucharadas de miel de abeja. Se revuelve muy bien y se toma poco a poco.

Paletas de frutas

Este remedio es ideal para los niños. Solo tienes que echar en vasitos iguales partes de agua y jugo de manzana u otra fruta. Se les pone un palito y se mete al congelador.

Por último, recuerda que debes acudir al médico inmediatamente si comienzan a aparecer ampollas con pus en tu garganta. Otros síntomas graves son extrema dificultad para tragar, sangre en la flema, salivación en exceso, fiebre alta, vómitos, mucho dolor y sarpullido en el cuerpo.