Utilizar el “No”, “Shh”, reprimendas y jalones de correa no son los mejores métodos para corregir a tu perro en caso de que se porte mal.

Muchas veces recibimos información equivocada cuando se trata de educar, adiestrar, corregir y convivir con nuestros perros. En algunos casos nos influenciamos por programas de televisión, otros por algunos consejos del veterinario, o simplemente recurrimos a nuestra lógica para hacerlo. Como consecuencia de ello terminamos creando nuestras propias estrategias que no siempre funcionan y pueden ocasionar más problemas en casa.

Hay que tener en cuenta que lo que mayormente utilizamos para corregir a nuestros perros es el clásico “No”, el “Shh”, un jalón de correa o una reprimenda. Sin embargo, muchos estudios e investigaciones revelan que estos métodos pueden causar traumas en los animales, tener un impacto negativo en su bienestar y dañar la relación con el dueño. Recuerda que estos tipos de métodos autoritarios se crearon en los años 50 y se popularizaron con la teoría de la dominancia basada en el lobo Alfa o líder de la manada. Ten en cuenta que estas teorías ya son obsoletas y completamente falsas. 

¿Cuál es el problema con el entrenamiento negativo?

Corregir a tu perro de esa manera genera ansiedad en el animal y cuando lo hacemos de forma frecuente la ansiedad puede volverse crónica hasta llegar al estrés, lo que podría generar una nueva problemática además de la que ya existe. Al hacerlo impedimos que el animal se relaje y así disminuimos considerablemente su nivel de atención, es decir no está en un estado mental positivo para aprender y modificar su comportamiento.

Por otro lado, las reprimendas dañan la relación con el dueño. Recuerda que las técnicas aversivas nos asociará a una experiencia negativa y así, poco a poco, iremos perdiendo atractivo para nuestra mascota. 

Además recuerda que estas estrategias no le muestran al perro lo que SI debe hacer, por el contrario solo le muestran lo que NO.

Aquí te mostramos un ejemplo muy común donde aplicamos, sin darnos cuenta, estas técnicas negativas:

Si salimos a pasear con nuestra mascota y nos jala, podríamos dar un tirón de correa para corregirlo, sin embargo, puede que el perro jale porque tiene un nivel de ansiedad muy alto pues sus necesidades básicas no se están cubriendo. También puede ocurrir que anteriormente se haya reforzado la excitación en otros momentos y por tanto esté excitado también durante el paseo. Podría ser también que tenga miedo de los sonidos, a los otros perros o a los estímulos del exterior por una mala experiencia en el pasado.

Cualquiera que sea el problema, una reprimenda trabaja sobre el síntoma (el perro jala) no sobre el problema de fondo (el perro tiene ansiedad, miedo, excitación). Recuerda que la técnica negativa puede lograr que el perro no jale de la correa, sin embargo el problema se manifestará de otra manera y muy pronto veremos otro mal comportamiento.

Aquí te mostramos algunas cifras acerca del tema sacadas de un estudio publicado por la Revista Journal of Veterinary Behavior y dirigido por el Dr. Florence Gaunet de la Universidad de Aix Marseille en Francia. 

Los perros educados con técnicas aversivas son 15 veces más propensos a mostrar estrés que los perros educados con técnicas positivas.

Los perros con entrenamiento positivo mostraron mayor satisfacción y disfrutaban más con sus dueños. 

El 65% de los perros entrenados negativamente demostraron al menos una conducta relacionada con el estrés, en comparación con solo el 8% de aquellos que fueron entrenados con técnicas positivas. 

Los perros entrenados con recompensas son mucho más propensos a ofrecer miradas espontáneas a sus dueños, lo que es un signo de una relación más sana. 

Así que recuerda, el entrenamiento negativo está pasado de moda y causa problemas más serios en nuestras mascotas. Trata de darles su espacio, recompensas y mucho amor para que se eduquen de la mejor manera.