Para alcanzar esta estética ideal se necesita además de varias terapias exitosas, mucha paciencia, voluntad y sacrificio. Previene los riesgos de la cirugía estética.

 

La estética corporal se entiende como un proceso de comportamiento que se enfoca a conseguir, dentro de lo posible, la belleza absoluta del cuerpo, que finalmente es el objetivo de muchas mujeres. Aunque para lograrlo se necesita pasar por diversas terapias –algunas invasivas–, las cuales tratan de corregir defectos y destacar virtudes.

Si bien para una cantidad significativa de mujeres recurrir a la estética para alcanzar una apariencia más bonita y juvenil es la solución más eficaz; lo cierto es que no es la más fácil y mucho menos la más segura. El riesgo es la constante.

Para que esto sea posible, se hace uso de cremas, aparatos y diversos procedimientos médicos que abarca la cirugía estética, la medicina estética, la flebología estética (tratamiento de las várices de las piernas), la dermatología, la cosmiatría (tratamiento de la piel de cara y cuerpo), la depilación definitiva, la nutrición y otros más.

Cirugía estética

Pero nos enfocaremos en la cirugía estética, que abarca otros procedimientos más como la rinoplastia, abdominosplastia, ginecomastia, liposucción, rellenos inyectables, aumento o reducción de bustos, implantes de pómulos, quijada o glúteos, etc. Si bien los beneficios de estas intervenciones quirúrgicas son muchos, los riesgos lo son aún más.

Lo primero que tienes que hacer es elegir a un cirujano competente y con mucha trayectoria. Éste debe tener un buen perfil académico, ser un docente formador de otros médicos, trabajar en un hospital o ser recomendado por una paciente de confianza quien se haya operado exitosamente.

También debes fijarte el lugar de la operación. Si es algo sencillo la intervención puede ser en el mismo consultorio, pero si es un procedimiento quirúrgico se debe realizar en un quirófano, dentro de la clínica u hospital que estén bien identificados en su puerta externa ya que es obligatorio por ley.

Para que todo salga seguro son importantes los estudios pre-operatorios como un electrocardiograma, una radiografía de tórax y análisis de sangre. Además el médico debe preguntar sobre las cirugías sometidas, las medicaciones que toma y las alergias. Todo esto ayudará a prevenir cualquier complicación en la operación.

Pero evitar los riesgos es un trabajo conjunto entre el médico y el paciente. Por eso la persona que será operada debe seguir al pie de la letra las instrucciones de su cirujano y los cuidados después de cirugía, siempre y cuando se quiera lograr la estética tan añorada.